domingo, 19 de agosto de 2012

El viento no se lleva las palabras

Las palabras dejan huella, tienen poder e influyen positiva o negativamente.
Las palabras curan o hieren, animan o desmotivan, reconcilian o enfrentan
iluminan o ensombrecen, dan vida o dan muerte. 

Con pocas palabras podemos alegrar a alguien y con pocas palabras podemos llevarlo al desaliento y desespero.

¡Ah, cuanta falta nos hacer tomar conciencia del tremendo poder las 
palabras!

Ellas moldean nuestra vida y la de los demás. Por eso mismo, los griegos 
decían que la palabra era divina y los filósofos elogiaban el silencio.

Piensa en esto y cuida tus pensamientos porque ellos se convierten en 
palabras y cuida tus palabras porque ellas marcan tu destino.

A veces el silencio es el mejor regalo para ti y los que amas. 

Eres sabio si sabes cuando hablar y cuando callar.

Piensa muy bien antes de hablar, cálmate cuanto estés airado y resentido y
habla solo cuando estas en paz y que el viento nunca se las lleve.

Las palabras encierran una energía creadora transformante.

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